LUGAR; VITORIA
FECHA DE LA ESTANCIA: ENERO 2016
Este hotel se encuentra a escasos 5 minutos andando del centro de Vitoria pero a la vez tiene buenos accesos para salir y entrar de la ciudad cómodamente. Para aparcar, buscando un poco se suele encontrar sitio en las calles cercanas (que no son de pago) y en caso de ser imposible el parking del hotel son 14 € diarios.
En cuanto a la habitación está reformada de hace ya unos años pero muy conservado todo el mobiliario y camas.
Lo que le falla un poco es el baño que, aunque está limpio, presenta algunos desperfectos y deterioros propios del uso que el hotel debería tener en cuenta para reparar o reformar (por ejemplo azulejos rotos, silicona de las juntas amarillenta de la humedad o marcos de la puerta estropeados).
Se echa en falta también algún enchufe libre en el cabecero de las camas. La insonorización de las ventanas es muy buena y la señal de wifi (gratuita) llega bien.
En lo que respecta al desayuno es muy completo y variado, los camareros y camareras no paran de reponer según se van acabando las cosas.
Hay más o menos de todo lo que te puedes esperar en un hotel de 4 estrellas en condiciones, como por ejemplo varios tipos de embutido (el queso y el jamón muy buenos), buffet de caliente con huevos revueltos, bacon, salchichas y chorizo, varios tipos de pan, y bollería (las cookies de pasas y chocolates también muy buenas). El café es de máquina pero molido y está bueno y también tienen diferentes tipos de leche para intolerantes, alérgicos, etc.
En la primera planta tiene un jardín interior muy agradable y en la planta de la recepción hay un piano-bar y el restaurante.
Otro aspecto a destacar es la amabilidad del personal, sobretodo el de recepción.
Para ser Vitoria la relación calidad-precio es muy buena, por poco más de 60€ se puede encontrar ofertas de habitación doble con desayuno incluido.