LUGAR: LLEIDA
FECHA DE LA ESTANCIA: JUNIO 2013
A primera vista desde fuera la verdad es que parece una especie de restaurante-resort. Nada más entrar no te encuentras la recepción, sino un salón inmenso lleno de butacas, sofás y dos barras de bar, al fondo un pequeño restaurante y hacia la derecha de éste un cartel que indica "recepción" y ya se entra al hotel.
En cuanto a las instalaciones, todo muy bien y gratis, que es de agradecer, lo único que le haría falta un mejor mantenimiento, ya que por ejemplo las hamacas están la mayoría destrozadas del sol y del uso o ciertas partes del spa y de la piscina se nota que hace tiempo que no limpian en condiciones.
En la misma planta que la recepción se accede a la piscina exterior y el gimnasio. Está todo decorado con un estilo "ibicenco", todo blanco con muchas hamacas, almohadas, etc. En cuanto al gimnasio, es pequeño pero bastante completo.
En la última planta se encuentra el spa, que no es muy grande, pero para ser gratuito no está nada mal; tiene 3 jacuzzis (1 en funcionamiento), duchas de contraste, ducha envolvente, sauna, hamman, solárium y pediluvio. Además, de pago, hay peluquería y zona de tratamientos y masajes.
En cuanto a la habitación (estándar) es bastante amplia con camas de 1,05 muy cómodas y con 2 tipos de almohadas.
TV de LCD con varios canales de TDT, además de internacionales, baño completo con bañera, minibar (gratis el agua y un refresco por día) y la señal wifi (libre) se coge bastante bien.
La verdad es que para el precio que tiene (22 €/persona + 1€ tasas) es bastante recomendable. Por último comentar que está a las afueras de Lleida, muy cerca del inicio de la A-22 sentido Huesca.